Pregunta. Cambio radical de estilo en su nuevo disco, Un pokito de rokanrol.¿Se aburría con la otra Bebe?
Respuesta. No, pero ha pasado un tiempo, te apetece hacer otras cosas y tu energía está de otra manera.
P. “Tengo la fiera metida dentro”. Respire hondo.
R. Pero eso no significa que esté cabreada, ¿eh? Si estoy más feliz que nunca.
P. En la presentación del disco dio caña a los periodistas y los despidió con un “¡Que os follen bien!”. ¿Se puede ser más borde y más ordinaria?
R. Está totalmente sacado de contexto. Cuando acabo los conciertos siempre digo: ¡Que os follen bien! Tocaos mucho, abrazaos, mimaos.
A corta distancia
Nos vemos en un hotel del centro de Madrid, donde Bebe está con Puri, su representate y sombra profesional. Se la ve tranquila, risueña, espontánea y con la lengua suelta, como es habitual en ella. Prueba unos frutos secos impregnados de wasabi, que pican como su propio nombre indica. Dice que le gustan las cosas que pican. También los pucheros que ella cocina. Tiene ya “una ligera idea” de su próximo disco. Pero ahora está volcada en ‘Un pokito de rokanrol’, que presenta el jueves en la sala Joy Eslava de Madrid.
P. O sea, que era con buena intención.
R. Claro. Ni se me ocurre insultarles en la presentación de un disco mío, en el que además estamos invitando a todo el mundo a que beban fenomenal, a que esté superagusto.
P. ¿Qué es ser irreverente?
R. No lo sé. Supongo que no ser políticamente correcta.
P. ¿Y cuánto hay de pose? ¿Entrena?
R. Yo no entreno ni para ser irreverente ni para ser políticamente correcta o incorrecta. La situación de la sala Sol, donde presenté el disco, estaba totalmente sacada de contexto.
P. Podía habérsele ido la pinza.
R. No. A mí no se me va la pinza, reina. Ni soy una drogadicta, ni estoy colgada. Nada de nada. Soy muy consciente de la vida que llevo, de dónde trabajo y de lo que hago.
P. ¿Cuál es su mayor suerte?
R. La familia y la hija que tengo.
P. ¿No es una fatiga estar toda la vida reivindicando?
R. Pero yo es que no reivindico. Son reflexiones. Yo escribo lo que pienso. Luego, los demás le ponen etiquetas.
P. Esa voz suya, ronca y desgarrada, ¿implica currársela con mucha cazalla?
R. No [carcajada]. Yo ya no soy nada cazallera. Es mi voz. Prefiero tenerla así. Depende del tipo de canción que vaya a hacer. Pero no necesito currármela con cazalla. Yo por las mañanas desayuno tostaditas. Tostadas con mantequilla Primor, una mantequilla portuguesa maravillosa, si puede ser, o con refrito, que es manteca colorá. O aceite. Tengo que desayunar muy bien.
P. ¿Y dónde echa tanta caloría?
R. En el culo. Lo que pasa es que me lo cuido.
P. Dice disfrutar lavándoles los pies a sus amigos. ¿Es como el Papa en Semana Santa?
R. No, para nada. Se lo haces o a la persona que quieres, o a mi padre, cuando teníamos un momento en verano: les preparo los pies, les doy masajes. Son momentos de intimidad, y yo no soy creyente, pero sí me parece un símbolo muy bonito.
P. Cuando presentó Y. dijeron que alternaba “lujuria y recato”. ¿Cómo anda de lujuria?
R. Soy muy lujuriosa [ríe], me gusta la lujuria.
P. Cuerpo de jota continuo.
R. No, bueno. Tengo mis días. Y la lujuria no significa que te quieras tirar al primero que pase, sino que la piel es la piel.
P. ¿Y el recato qué tal?
R. También soy muy recatada cuando quiero. Depende de las situaciones, de los momentos, de con quién esté.
P. Le hubiera encantado, dice, conocer a Lola Flores. ¿Tiene carencia de faralaes?
R. No, pero ella me encanta. Me encanta la copla, y Lola Flores me parecía un personaje estupendo, supertransgresor. Ella sí que me parecía una punki en pura actitud. No necesitaba tener una cresta. Llevaba una flor aquí [se toca el pelo]. Y la boca, la lengua que tenía, que también la tenía fina. No sé si me subestimo, pero creo que los más viejos tienen que juntarse con los jóvenes, y los jóvenes, con los más viejos para transmitirnos cosas. Me parece superinteresante la gente que es mucho más mayor y te puede enseñar cosas. Si no, la vida es muy aburrida. Los niños y los mayores son los más interesantes.
P. Con Bush cantó Mi papá tiene una silla eléctrica. ¿Qué cantaría con Rajoy?
R. No lo sé. Creo que todavía no le quiero ni dedicar una canción. Todavía no tiene los méritos de Bush. Seamos francos.
P. ¿Qué le queda de la madre Antonia del cole?
R. Pues preciosos recuerdos. De hecho, este año es el cincuenta aniversario de mi colegio, las claretianas de Zafra. Quieren juntarnos a todos y, por supuesto, pienso ir. Era público y mixto. Ellos son los que me llaman Mari Nieves, Nieves. Mis compañeros del cole.
P. Una vez le pidieron que se definiera en tres palabras y dijo: tonta del culo. No tendrá el ego sin pilas.
R. Es que yo muchas veces soy tonta del culo. Y otras, una chica tranquilita. Me apeteció decir eso en ese momento.
Fuente:elpais.com
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