viernes, 10 de febrero de 2012

Bebe, sin aditivos ni conservantes

En ocasiones, las promociones y las entrevistas llevan consigo un desgaste, un discurso que se asemeja y que prácticamente convierte cada lanzamiento y opinión en una versión oficial. Ella está de acuerdo conmigo. Bebe me atiende en una sala de un hotel de Madrid. A pesar de lo extraño del día, entre lluvioso y urbano, Bebe recibe al natural, sin demasiadas complicaciones; no hay exigencias ni mucho menos la estúpida impostura que algunos pretenden adjudicarle: no va de estrella. Después de dos discos producidos por Carlos Jean y que arrasaron en ventas, Bebe ha dado un giro a su estilo pero, sobretodo, a su sonido. Ahora suena directo, a pegada y tiene fuerza.
Sabe muy bien cómo mirar hacia delante porque le gusta crecer como artista. Empieza hablándome sobre lo mucho que le gusta la composición, la creación de las canciones. Ya no compone siempre con la guitarra detrás, ahora también lo hace con ritmos y melodías que le llegan y que salen de su voz. Gracias a la grabadora que aún conserva de Carlos Jean, Bebe no necesita de un ordenador ni de una partitura. Le gusta el momento, el instante y es ahí donde atrapa la canción. «Sin duda es la parte que más me gusta de mi trabajo», reconoció.

El sonido del directo
Dice que la diferencia entre este trabajo, producido por Renaud Letang, y los anteriores radica en el directo. No sólo su repertorio ha evolucionado hacia el rock, sino que el directo suena a como lo hace el disco. A pesar del cambio, Bebe está enseñando a cada músico de su banda cada golpe de bombo, de bajo, cada charles que suena en el disco «porque debe estar en el bolo. Eso es el rock’n roll», apunta. Hay canciones que son para bailar, mientras que otras tienen la esencia más reconocible de su sonido.
Me gusta más este disco que los anteriores porque se le nota más natural, como está ahora mismo contándome lo que disfruta de su vida ordenada. Dice que la gira se la está programando para que coincida con viernes y sábado y así mantener una rutina entre semana de cara a educar a su hija. Pero después está el escenario, y lo lleva dentro. Empieza hoy su gira en Sevilla, después visitará Málaga, Barcelona, Madrid y cruzará el charco con destino a Colombia, Venezuela, Moscú y San Petersburgo. Tiene ganas de escenario y este 2012 va a ser un año de mucha gala, pero de mucha sala, que es donde se respira de verdad el sabor de los focos y donde más le gusta cantar.

Me cuenta que el año sabático que se tomó lo necesitaba para afrontar nuevos tiempos: «Necesitaba respirar y dejar que llegaran los nuevos temas y letras de la tranquilidad y de la experiencia: del día a día...; no nos podemos volver locos, todo el tiempo andando de arriba «pa» bajo, de bolo en bolo y estudio en estudio» dice, mientras tomamos una tapita de jamón. Es así de auténtica, producto nacional y con denominación de origen.

Confiesa durante la conversación que le atrae muchísimo David Bowie y, cómo no, Manolo Caracol; los libros sobre músicos, como el de Keith Richards o Robe Iniesta, y recogerse de vez en cuando entre los suyos, donde más le gusta estar. Mientras entra y sale gente de la compañía, Bebe no mira el tiempo y reconoce que se ha quitado la careta, aunque yo dudo de que alguna vez pudiera tener alguna. Admite que le gusta muchísimo aprender y ver cómo la evolución de las cosas y del aprendizaje le llevan cada día a mejorar; cómo sin el Búho no habría Carlos Jean, lo que aprendió de él y lo que después encontró en el sonido de Renauld y le ha llevado a tener este disco. Le pregunto sobre su implicación en partes como la producción en el estudio o en la preparación del directo: «Me implico por naturaleza. ¡Es mi vida!. No es una farsa. A Renauld le dije que se preparara porque iba a estar encima de todo». Y así lo ha hecho.

A pesar de llevar más de cinco informativos y siete medios, Bebe sigue igual de natural que al principio de nuestra conversación. Le pregunto sobre el impacto que puede tener su imagen en los medios. Se ríe y me contesta que no sabe cuánto influye o no. Está convencida de que «el éxito te lo ganas cantando, y que tus discos los vendes a golpe de recorrer salas y escenarios, como en el principio, que nunca fue fácil», reconoce.



Fumarse un piti en la calle
«¿Nos fumamos un piti fuera?», pregunta mientras me coge del brazo para salir del hotel en el que estamos. Cuando abandonamos el hall y veo la maraña de cámaras y micros que la esperan todavía, Bebe (en la foto, detalle de la imagen promocional) dice «Todavía no hemos terminado, la ley es la ley y hay que fumar fuera», replica. Mientras tanto repasamos su directo. Comenta que está intentando que sus anteriores éxitos se adapten al nuevo sonido. Dice que sólo es cuestión de rodaje.

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