Con una cercanía abrumadora, una sonrisa radiante y dispuesta a quitarse la cáscara, nos ha presentado Bebe su tercer disco, que acaba de salir a la venta.
Diego Valor | Madrid A pesar de este frío siberiano que azota España, y de estar lloviznando en Madrid, Bebe nos acoge cálida, casi como si nos estuviera esperando en la puerta de su casa de Extremadura animándonos a entrar, al menos para pasar un buen rato. Lleva gran parte de la mañana atendiendo a la prensa, pero no muestra cansancio ni fastidio. Tiene esa capacidad de hacernos sentir únicos.
¿Qué quieres transmitir con este nuevo trabajo ‘Un pokito de rocanrol’?¿Y con el título?
Le puse este título porque ha sido como un lema. Y lo demás es que después de hacer giras en teatros durante el último año, había sido mamá ese año y quería algo más tranquilo, pero al final teníamos ganas de salas, de rocanrol, de baterías genéricas, todo más genérico. No hay rocanrol en el disco entendido técnicamente, pero sí energía, humor negro. Temas muy positivos.
¿Recoges algún tema de denuncia social en ‘Un pokito de rocanrol’?
Yo escribo mis pensamientos y reflexiones, y ahí hay amor, hay relaciones con la familia, con la pareja con la misma vida. Y si hablas de la vida, siempre hay reflexiones y temas que tratas de los que no te acostumbras ni aunque lo intentes.
¿Alguno de estos nuevos temas nos dirá a qué no te acostumbras?
Sí, escuchad entero el tema ‘A veces’, ahí lo tenéis todo. O ‘El que compra, paga’ que hace referencia a cómo las tarjetas de crédito están destrozando la vida de la gente, haciéndonos creer que tenemos dinero gracias a un plastiquito, y al final te das cuenta de que estás totalmente arruinado.
¿Cuesta ser cercana y natural en el mundo de la música?
Lo que cuesta es subir una cuesta. Todos tenemos muchos papeles y momentos a lo largo del día y de la vida. Depende de a lo que nos tengamos que enfrentar en cada momento, pero cuando eres natural no te cuesta serlo.
¿Te pone límites con el público?
–Bebe coge aire y contesta– Sí, a veces tienes que controlarte, es importante. Sobre todo porque la gente manipula las cosas que tú dices. Las cosas cuando están expuestas y están en los medios de comunicación son malintencionadas, malinterpretadas… y es necesario ser cauto.
Entre el segundo y este tercer disco ha pasado mucho menos tiempo que entre los dos primeros, ¿te mueves por impulsos en la vida?
Me muevo por impulsos. Pero también es que entre los dos primeros discos tuvo que pasar ese tiempo porque con el primero fueron tres años de trabajo que necesitabas luego un descanso y una reflexión para poder abordar los siguientes. Pero con el segundo, como justo cuando salió el disco me quedé embarazada, no hice en realidad apenas gira, la empecé a hacer el año pasado. Entonces, ha sido un tiempo justo, ya que con el segundo he tenido ese tiempo de tranquilidad que no tuve con el primero.
Descanso relativo, podríamos decir, porque llevaste la gira incluso fuera de España, como por ejemplo Grecia, que nos consta que fue espectacular tu actuación allí.
Lo de Grecia fue maravillo, acabamos allí la gira. La gente es calidísima. Es increíble cuánto podemos estar de cerca de los griegos. Muchísimo más por ejemplo que los italianos. Incluso a través de su acento, o su deje, aunque el idioma sea diferente al escucharlos te parece que estás en España, por la fonética tan parecida. Son encantadores.
Y para esta gira, aparte de la geografía española, ¿dónde podrán escucharte?
Por lo pronto, en marzo nos vamos a Colombia, México y Rusia, que es otra de esas locuras como la de Grecia. Estaremos en Moscú y San Petersburgo.
¿Te atreverías con algo de copla?
Yo sí, yo soy superfolclórica. De lo que más escucho es Manolo Caracol, el flamenco antiguo, la copla me chifla. Fíjate que no soy nada mitómana, pero la única persona que me hubiera gustado conocer es a Lola Flores. Sí, soy muy folclórica, escucho copla constantemente. Mi copla es La niña de fuego.
¿Te ves dando el pregón del orgullo gay de este año?
Sí, ya di el de Badajoz, y he participado en el de Madrid algún año.
¿Y subida en una carroza pidiendo igualdad para las personas LGTB?
Por supuesto. Por supuesto, -repite segura-.
Bebe, sin cáscara
Tu palabra favorita: Candela
¿A qué tienes tendencia? A autocontrolarme.
Tu mayor miedo: No te lo voy a decir.
Se te pone el corazón en un puño cuando… Veo dolor. Cuando veo que le están haciendo daño a alguien gratuitamente.
¿Qué canción de las tuyas es con la que más disfrutas cantándola? Muchas, depende del momento. Pero disfruto mucho las que canto con mi padre, como María La Portuguesa, o una preciosa de Calamaro que cantaba también con él, Tiempo de reír.
En casa, ¿por qué podrían echarte la bronca? Por ser muy bruta hablando.
¿Qué es lo primero que haces al levantarte? Verle la cara a mi hija
Un sitio al que te hayas prometido no volver: A los talleres Anca de Mérida, me pegaron un palo bueno con mi furgoneta.
Lo último que te ha emocionado: La cara de mi hija, me emociona todo el rato.
¿A quién te gustaría ver sin cáscara? Hmmmm. A más de un hombre. A Gaspard Ulliel, por ejemplo.
Imágenes:Saioa Hermosa
Fuente:cascaraamarga.es
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