martes, 14 de diciembre de 2010

¿Sabías que Bebe es madrina de....UNA VACA?

La ruta a Santiago tiene un mapa marcado en las estrellas. Desde los primeros tiempos, los peregrinos llegaban a Campus Stellae, "campo de estrellas", como se conocía antiguamente a Compostela, siguiendo la Vía Láctea. La viguesa Marta Álvarez Quintero también siguió la vía láctea para asentar su futuro profesional cercano de la Ruta Jacobea, en Monterroso. Colgó su título de Administración y Dirección de Empresas para ponerse al frente de una granja de vacas lecheras. Nacida y criada en la mayor ciudad de Galicia, esta urbanita ha revolucionado los métodos tradicionales en Granxa Maruxa. Convencida de que la buena marcha del negocio está ligada a la felicidad de sus animales, se esmera en brindarles todas las comodidades, desde un establo pintado de colores alegres a música de Mozart.

Cuando aún respiraba polución, Marta soñaba con ser broker de bolsa. Por eso decidió estudiar Empresariales en Lugo. Y en eso estaba cuando descubrió su verdadera vocación. Como le faltaban sólo dos asignaturas, decidió instalarse en la casa de su abuelo en Cumbraos, Monterroso, e ir y venir a Lugo. "Lo mío fue un flechazo con el mundo rural", asegura. "Vivir de forma permanente en A Ulloa era muy distinto de pasar allí las vacaciones". Estaba tan a gusto que decidió quedarse.

Con el cambio de milenio, que muchos habían imaginado un tiempo futurista, Marta decidió volver a los orígenes. En un lugar bucólico, una casa restaurada protegida por robles centenarios, apostó por montar una granja de vacas. Con el apoyo de su familia, la chica urbanita que no sabía nada del campo se convirtió en ganadera.

Los comienzos fueron duros: "Tenía que aprender cada detalle, y cuando ya llevaba dos años rodando y las cosas comenzaban a marchar, me vi obligada sacrificar todas las reses por un brote de tuberculosis". Marta recuerda el episodio no sólo como un golpe económico, sino también emocional: "Las vacas no querían subir al camión que las iba a llevar al matadero, así que tuve que subirme yo e ir llamándolas una por una por sus nombres". Dice que aún tiene grabada su conmovedora mirada vacuna y cuenta que en ese momento el cielo se oscureció.

Tardó tiempo en lograr igual grado de confianza con las sustitutas. Después del varapalo, decidió cambiar al modelo de granja ecológica con vacas frisonas importadas de Holanda: "Al principio no me entendía con ellas, así que les cambié los nombres por otros del país, como Brisa y Verba, para hablarles con más familiaridad".

Para Marta es importante que sus vacas se sientan a gusto. En el establo, de las paredes pintadas de colores cuelgan fotografías hechas por su madre, la conocida fotógrafa Mary Quintero, y ha estampado los muros de la sala de recría a manchas blancas y negras, imitando la piel de una frisona. También ha reconvertido la vieja cuadra en una suerte de galería de arte, con fotos de la Cow Parade de Vigo: "Pienso montar aquí más exposiciones".

Además de la estimulación cromática, las vacas gozan de ambiente musical. "Si escuchan a Mozart, mueven las orejas; se nota que están más relajadas y eso es bueno para el bienestar animal". Marta está convencida de que así dan mejor leche. También les pone temas de Fangoria, y baila para ellas mientras trabaja en el establo: "Creo que eso las divierte".

Cuando charla con ellas, percibe que "son muy inteligentes". Cuenta que cuando brindaron con cava en la inauguración del nuevo establo, las vacas, al verlos beber, también se dirigieron a sus abrevaderos. E igual que cualquier persona, sus frisonas están apadrinadas. Uxía Blanco, Isabel Gemio, Bebe y Alaska son madrinas de varias de ellas.

Sus métodos revolucionarios, sin embargo, no son suficientes para vencer la crisis. Tiene 60 vacas, de las cuales 25 están dedicadas a la producción de leche ecologica. A pesar de ser licenciada en Empresariales, en los últimos tiempos ni ella es capaz de hacer cuadrar las cuentas. "Estoy en números rojos: me pagan a 0,36 céntimos el litro", se lamenta.

Para salir adelante, ha apostado por diversificar productos. Ahora refuerza sus ingresos con la producción de pastas de nata, bautizadas como Maruxas de Nata, que vende en tiendas delicatessen no sólo de Galicia, sino también de Madrid, Barcelona y Valencia. Además, ha comenzado a comercializar leche directamente a los compradores en su granja, y ha montado una terraza donde el cliente puede degustarla recién ordeñada.

De vez en cuando, Marta confiesa que le tiran sus raíces urbanitas y se va a Londres, su ciudad favorita. Dice que son sus "ciones"; suprime el "vaca" del principio para poder desconectar, al menos por unos días, de sus queridos animales.

Fuente:elpais.com

3 comentarios:

  1. me parece muy bonito, pero yo regento una ganaderia de 160 cabezas , que por desgracia no me apadrina ni amadrina, nadie,.. el único padrino soy yo, mi mujer y mi unico empleado,.. por favor no vendáis algo que no es verdad. Vender que para llevar a adelante una ganadería no consiste en salir en la tele, ni en blogs, ni etc,... sino en mucho esfuerzo y trabajar duranmente de lunes a domingo , miles de horas.

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  2. Hola anónimo,soy Marta y te puedo asegurar que trabajo los 365 días al año, tuve la inmensa suerte de conocer a Bebe un día en Lugo, cuando acabé de ordeñar me fuí al concierto, pero claro, llegué tarde, ya sabes que a las vacas no les puedes cambiar el horario, me dió mucha rabia, me fuí a tomar algo y la conocí, fue maravilloso, es auténtica!!!
    Marta Alvarez Quintero www.granxamaruxa.com
    Amo mi profesión, mis vacas, el campo y sobre todo el bienestar animal, mis vacas no son fábricas de leche, todas tienen nombre propio y viven en un ambiente limpio, bonito, con música, con fotos, pinturas, les hablo, les canto y les bailo porque soy feliz teniendo una granja ecológica, con mis vacas bien cuidadas y el establo lleno de colores.
    Parece ser, que soy de las pocas que lo hacen, por eso ha llamado la atención a los medios de comunicación, pero te animo a que lo intentes en tu granja, sereis mucho más felices y vuestras vacas os lo agradecerán.
    Os invito a visitar mi granja y conozcáis a mis vacas, muchas de ellas en 8º parto,salen a pastar todos los días y te puedo asegurar que ríen.
    Por cierto, ahora tengo la suerte de tener 2 empleados, pero cuando empecé, estaba yo sola.
    La próxima vez que hagas un comentario,infórmate!!!
    Muuuuuuuuchas gracias.

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  3. Hola, Anónimo de 15 de diciembre, lo que dices tendría mucha lógica
    si fuera las cosas como son alguna que se venden por ahí, que es puro
    marketing, pero en este caso te garantizo y es porque lo conozco que es
    verdad, todo es cuestión de cómo te plantes llevar la granja, pero si tu
    tienes 160 vacas, sabrás que sienten, ven y escuchan, y sobre todo sus
    miradas dicen bastante…un saludo (y si pasas por Galicia te recomiendo
    que la visites)

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