Dos horas de sensibilidad a flor de piel (aparición de Markitos Bayón o una Bebe emocionada hasta las lágrimas con algunos de los temas), ritmos bailables, complicidades en el escenario y fuera de él (Mar se llevó el recuerdo inolvidable de su admirada Bebe en forma de BESO, con mayúsculas) y un público entregado que no diferenció apenas entre canciones nuevas y añejas a la hora de cantarlas.
A aquellos que busquen a la Bebe nostálgica, melancólica y sentimental de Pafuera Telarañas les costará adaptarse a este nuevo trabajo, de la misma manera que un amante de la música clásica le costaría adaptarse en la primera audiencia a un tema de la Creedence. Pero nadie en su sano juicio musical podría criticar a los rockeros californianos de la manera que muchos sí han criticado a la extremeña sin haber siquiera enjuiciado de manera objetiva su trabajo.
Únicamente un tema, SABRAS, se asemeja en letra y cadencia a sus anteriores REVOLVIÓ, ME FUI o SIEMPRE ME QUEDARÁ y ADIÓS que con su aire burlesque recuerda sobremanera a ESCUECE. Pero volviendo la oración a pasiva, tampoco ninguno de los dos trabajos anteriores logra la contundencia y la sonoridad que este Poquito de rokanrol ha conseguido.
La fuerza de la producción en todos y cada uno de los temas nos sitúa en todo momento alejados de la Bebe conocida hasta ahora, con su inconfundible voz como nexo de unión con el pasado.
Es tal esta diferencia de producción que uno se sorprende en cualquier lugar con los auriculares puestos, bailando o amagando con hacerlo sin ni siquiera darse cuenta.
Las primeras escuchas del disco, sin lograr que todas las canciones nos gusten (cuestión lógicamente de gustos) actúan como un virus informático, como un troyano que fija algunas frases y estrofas, pero principalmente ritmos endiablados y frenéticos que incitan a volver a escucharlos. Y así, paso a paso, descubrimos que Bebe, si se sale de lo que hasta tres meses conocimos como Bebe, también nos gusta. Y mucho.
A mi entender el resultado es notable y si las polémicas (magnificadas por detractores y redes sociales varias) lo permiten, se situará en el sitio que se merece a medida que se vaya "poquito a poco saboreando"cada una de sus canciones.
Y si alguien tiene alguna duda al respecto mientras intenta asimilar el disco, que tire de agenda y acuda a un concierto. Le quitará todas las dudas de golpe.
Texto y fotos: Iván López Marina
¡Genial la colaboración, Iván! Muchas gracias.
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