DESPARPAJO, TRAVESURAS, DESINHIBICIÓN , BAILE y ...BESOS
Joy Eslava, uno de marzo, cerca de las 9 P.M. quince minutillos de cola, primera planta ya a tope, anfiteatros casi a punto, cervecita al momento, en taquilla a punto de colgarse el “no hay billetes”, inmejorable ambiente...puesta en escena ya conocida con sombrillas apantallando luces de colores vivos...y con los sones de “Búscome” arranca el sarao. Madrid tenía una deuda pendiente con Bebe, y la saldó, vaya que si la saldó: el público, entregado, jacarandoso, bullicioso y alegre se volcó con Bebe. ¿Quién se acuerda de tontainas (de prensa) “ sin sal ni sol” de la otra vez? Aquí se ha venido a disfrutar, Bebe a dejarse la piel y “un pokito de rocanrol” a ser jaleado. Los músicos, esta vez, los de siempre, Carlos a la batería, Guille a las percusiones, melódica, guitarra a veces y sintetizador, Javi (Javi Rojas), al bajo, guitarra y algo de “sinte” (esta vez “Mamá ladilla” no nos dejó sin él como en Barcelona), y ,finalmente, Pablo, Pablo Novoa Cid, gallego de largo recorrido, guitarras de todas clases, teclado y “showman” empedernido: no dejó de asombrar y divertir al público no ya sólo con su maestría musical sino con un sentido extraordinario del espectáculo. El beso que le dió Bebe fue de aúpa (y merecido). Bebe vestía vaqueros “pirata” remangados, medias negras, botines de tacón y una cazadora estampada rojinegra que se quitó en seguida. Cabello con algo de cardado, suelto, brillante, con puntitas de “californias” rubias muy a la moda. “Pafuera” cazadora, y camiseta/blusa con lazo de rayas rojiblancas. Sexy, guapa y “pokito” de colorete. Antes de “Me fui” entran dos chicos de sonido a colocarle el pinganillo; con los nervios y las prisas se había olvidado. Y bromea: “Magrearme como a mí me gusta”. Trás “Con mis manos” espeta un “somos cochinos y guarros, ¿eh?”. Más desinhibición, soltura y sandunga picaruela no cabe. Suenan sus nuevas canciones, “K.I.E.R.E.M.E”, “ABC” y “Mi guapo”. “Mucho, mucho amor" dice al presentar esta última, muy celebrada. Momentos de nostalgia, “La Bicha” y “Como los olivos”. Bebe las persenta diciendo, respectivamente “Hembras, para vosotras”, y luego “Para los machos”. Novoa empieza a hacer de las suyas tocando su guitarra de rodillas. El público disfruta y ella exclama: “Estoy nerviosa, ni de coña me imaginaba tanta gente, estoy que me hago caquita.."
Y llega un momento estelar. Aparece el conocido, querido y nunca olvidado Marquitos, Marcos Bayón, inconfudible con sus canas, su camiseta negra y su guitarra. Aplausos de júbilo. Se marca con Bebe un bonito dúo con “Tu silencio”, para acompañarla dándole al timbal en “Sabrás”, que terminan en plan “marchoso”, a lo “heavy” entrando los demás músicos con diversos solos de lo más roncanrolero que se ha visto. Adiós a Marcos y Bebe canta y escenifica con gracia “Pa una isla”. Trás “Se fue”, una chica le arroja un fular negro y se lleva como recompensa un beso. No será la única ni el único. Pide de beber y en primera fila le ofrecen una copita. Ante de “Yo fumo” dice que no quiere que le toquen las narices por lo que enciende un cigarrillo eléctrico, trás lo cual se arma la marimorena con “Me pintaré”. Lo de los “empujones, arañazos, tirones y bocaos” prende la mecha y el público está ya en plan juerga absoluta. “Tengo una muñeca vestida de azul...”,entona Bebe haciendo un guiño al Cantajuegos y sus primeros conciertos del “Pafuera”, para intoducirse en un coreadísimo “Siete horas”. El show termina, antes de los bises, con “Qué carajo” y un recadito para todos sabemos quién:
-“Esta canción la dedico a todos los que se dan por ofendidos cuando les llamo “hijoputas”; que sepan que así llamo a mis colegas”.
Y el fin de fiesta, los bises, el medley “Mi corazón/Pa mi casa”, con Pablo Novoa, de protagonista indiscutible : qué pedazo de artista ; y en todos los sentidos. Maestro con la guitarra, taconea, salta, baila, bate palmas, se arroja al suelo, convierte la guitarra en bongos, chisporrotea, le miran los otros divertidos, Bebe se lo pasa “pipa” y , claro, el besazo que le da es de matrícula de honor.
Y de matrícula de honor ha estado el concierto, la Bebe, los músicos, el público, Madrid. Buena música, ritmos trepidantes... y desparpajo, dedinhición, travesuras, bailoteo..y besos muchos besos. Bebe los da... y los recibe, claro.
Y se los merece.
Nota: Gracias a E. J. por notas y fotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario