Con un pesquero vaquero, una camiseta a rayas blancas y rojas y unos botines de tacón negros, la cantante apareció en el escenario bastante puntual y con una sonrisa de oreja a oreja.
Pilar Márquez | Madrid Los amantes de la música alternativa tuvieron anoche una cita con una de las cantantes españolas más controvertidas, la extremeña Bebe que completó el aforo del teatro Joy Eslava de Madrid, con motivo de la presentación de su tercer álbum "Un pokito de rocanroll", que salió a la venta el pasado 7 de febrero.
Para su actuación Bebe eligió un 'look' bastante discreto para como estamos acostumbrados a ver. Con un pesquero vaquero, una camiseta a rayas blancas y rojas y unos botines de tacón negros, la cantante apareció en el escenario bastante puntual y con una sonrisa de oreja a oreja.
Como no es para menos, la artista demostró que no tenía pelos en la lengua, y aunque en esta ocasión se portó mejor que en su presentación polémica de la Sala Sol, tuvo comentarios de todo tipo, propios de sus actuciones.
La cantautora extremeña demostró una vez más que en directo sabe dar un buen espectáculo mediante un concierto que duró dos horas. Además de cantar las canciones de su nuevo disco, entre su repertorio no faltó su éxito anterior Me fui, coreado y aplaudido por una sala abarrotada.
Bebe se hizo querer cuando interpretó su nuevo 'single', K.I.E.R.E.M.E, donde los fans acompañaron a la cantante gritando cada una de las letras, a ritmo de rap.
Muestras de cariño no faltaron, ni por parte de la artista ni por los fans, que entre canción y canción llamó "guapos y guapas" a todos los presentes, siempre sonriente y devolviendo cada una de las muestras de cariño que los fans le mostraban.
La artista demostró que no solamente sabe cantar, sino que también se maneja muy bien con la guitarra en una de sus canciones anteriores más alegres, Como los olivos, provocando palmas que resonaron por toda la sala, disfrutando de la canción.
También tuvo su momento revindicativo y de ira cuando quiso fumar, y aunque no lo hizo porque sabe la sanción que puede conllevar, cantó su claustrofóbica canción Yo fumo donde acabó quejándose llamando a la sala “jodido teatro de mierda”.
Los presentes en la Joy Eslava también pudieron ver a una Bebe seductora, la cantante besó a su guitarrista, y confesó que esa noche tenía ganas de "morrear a alguien", pero no sólo su guitarrista fue besado por la artista, sino que besó a una chica del público que le había regalado un pañuelo a la cantante, para gran envidia de muchos hombres que había allí presentes.
Éxitos como Revolvió, Con las manos, Sabrás e incluso se atrevió con la versión en homenaje a Carlos Berlanga, A quién le importa. A pesar de ello se echaron de menos algunos éxitos anteriores como Malo.
Reivindicación social, amor, rupturas, toda esa vertiente urbana que caracteriza a Bebe acompañada de un estupendo guitarrista, y un excelente grupo, hizo que no se decepcionase ninguno de sus fans en ningún momento.
El concierto llegó a su fin cuando la cantante dedicó unas palabras a los allí presentes, deseando felicidad a todos sus fans, "ser felices con poco", dijo donde confesó su emoción por tener la oportunidad de dar conciertos así. La cantante y los músicos se despidieron bailando al ritmo de ‘Bamboleo’ de los Gipsy King, una gran desdedida, para u
Fuente:cascaraamarga.es
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