Bebe: 'Soy una salvaje'
- El éxito casi mata a Bebe. Ahora vuelve a la música con su disco 'Y.'
Cuidado, Bebe quiere pelea.
Tajante, expeditiva, la extremeña empieza la entrevista para la Luna de Metrópoli como un cardo borriquero y terminará poniéndose borrica, y simpática, y sincera, y juguetona, ofreciendo en una hora el amplio repertorio de 'Bebes' que lleva dentro y desplegando, al mismo tiempo, las contradicciones que la han convertido en un personaje atractivo y en una artista fuera de los moldes.
Quien golpea primero, golpea dos veces, debe pensar ella, tan desafiante como el propio título del álbum, ese categórico 'Y.' con el que podría rematar cada una de sus frases. El disco, un muestrario actualizado de pop, rap y mestizaje, fue compuesto y grabado entre mayo de 2008 y mayo de 2009. "Me llevé todas las libretas con mis escritos a currar pa' Cádiz. Allí pasaba mucho tiempo sola; Carlos Jean, el productor, sólo venía cuando había cosas ya hechas para grabar".
Pregunta.- ¿Cuándo empezó a componer estas canciones, ha sido un proceso largo?
Respuesta.- Yo siempre estoy escribiendo. Cuando me puse a preparar el disco, hice mi puzle uniendo las ideas que había acumulado a lo largo de los años.
P.- Pero el proceso...
R.- Mira, yo no te voy a explicar mi proceso de trabajo, te lo digo ya.
P.- ¿No había ninguna idea previa?
R.- Lo único que tenía claro es que el disco sería como un viaje con un principio y un final y 13 canciones. El 13 es mi número, me acompaña mucho. Me lo encuentro por todos lados.
P.- ¿Me podría dar algún ejemplo?
R.- No, qué va.
P.- ¿Cuándo llega a Cádiz, iba buscando hacer un disco o va por...?
R.- Yo voy para hacer un disco, claro, es que no tenía más cojones, tenía un contrato (ríe).
P.- ¿Ha hecho el disco por el contrato?
R.- Y porque me apetecía.
P.- ¿Es entonces un disco que va buscando, no que la busca?
R.- Nos encontramos. La música brota pero te tienes que poner a trabajar en ella.
P.- Dice que el disco es como un viaje...
R.- Yo siento que he estado como de viaje desde que salió el primer disco, de viaje físico y mental. Por eso quería que cada canción fuera un estado anímico.
P.- Al principio, ¿empezó de cero?
R.- Sí, totalmente. Borrón y cuenta nueva.
P.- Al final, el disco tiene bastantes elementos comunes con 'Pa fuera telarañas'(2004). Parece que ha recorrido un largo camino para terminar en un lugar parecido.
R.- ¿Ah, ¿sí? Bueno, ¡soy yo la que lo hago! (Sonríe) ¿En que crees que se parece?
P.- En la manera de expresarse, de estructurar las canciones, de plantear los temas.
R.- ¿Qué temas planteo?
P.- Los temas personales.
R.- ¿Tú lo ves así? Ésa es tu lectura, ¿no? Pero en el otro tampoco todos los temas eran personales míos (ríe). Yo no he hablado de que todo lo que haya sea personal.
P.- Tampoco lo he preguntado, sólo que el estilo es más o menos el mismo, algo que no es censurable. ¿Está a la defensiva?
R.- No (ríe). ¡Te estoy picando! (Ríe).
P.- ¿Con este disco tenía la intención de cambiar cosas?
R.- Claro, hacer otras cosas que me gustaran, lo que me apeteciera, pero no pretendía ser novedosa o romper la pana. No pretendía nada, en realidad, solo no repetir demasiado lo anterior, dentro de que soy la misma persona. Yo le daré la vuelta a la tortilla cuando me dé la gana, pero no ahora.
P.- Ha hablado en muchas entrevistas de lo que sufrió con el éxito (se vendieron en el mundo 800.000 copias de Pa fuera telarañas, la mitad de ellas en España).
R.- ¿Tú te crees todo lo que lees? A mí precisamente no me gustan las entrevistas porque la mayoría de las cosas que yo decía no eran las que se ponían en los artículos.
P.- ¿Entonces la mayoría de sus entrevistas se han publicado tergiversadas?
R.- Pues sí, en muchos aspectos sí. Dichas con otras palabras, fuera de contexto...
P.- La pregunta era si fue así, si lo pasó tan mal después del éxito.
R.- Sí, pero fue durante el éxito. Aunque de eso ya no me acuerdo. No me gusta, bah, ahora estoy muy bien, no más llorar, no, no, no, no (canturreando).
P.- ¿Llegó a sentir repelús de la música? R.- Sí. Estaba cansada, muy cansada de hacer música, de los conciertos... Yo me aburro si hago siempre lo mismo y me pasaba todo el día con entrevistas, viajes, giras.
P.- Y sobreanalizada.
R.- So-bre-a-na-li-za-da (rotunda). Absolutamente. Todo el día contando cosas que no tengo por qué estar explicando... Pero, bueno, ahora tengo un capote y una muleta. Me he ejercitado.
P.- ¿Da yuyu volver a la primera plana?
R.- No, qué va. También es que,cuando pasó todo lo del primer disco, fue tan de golpe que no entendía las cosas, no estaba preparada mentalmente ni de cachondeo. Ahora me lo tomo con tranquilidad y humor, ya sé cómo hacer las cosas.
P.- ¿Qué perdió que no ha podido recuperar?
R.- (Silencio) Bueno, da igual, lo perdido, perdido está. Ya lo recuperaré de otra manera, con mi tiempo y mi espacio.
P.- En el disco habla mucho del tiempo...
R.- Es oro líquido, oro que se escurre entre las manos. Lo más importante que hay. ¿Para qué quieres trabajar y acumular dinero y galones si luego no tienes tiempo para disfrutar de las cosas importantes?
P.- ¿Qué cosas le hacen disfrutar?
R.- La soledad, mucho; estar con gente con la que me apetece estar; los espacios naturales, el viento. El mar (enfática)... Cuando ves que sólo pasas tiempo en la carretera y dando de ti y perdiendo energía, te preguntas, "¿para qué estoy haciendo esto?". Está muy bien hacer lo que te gusta, pero equilibrado. A mí me gustan otras cosas. Yo no vivo por y para la música. A mí me interesan otras cosas, como viajar.
P.- Se tomó un año sabático para viajar después de hacer la película Caótica Ana (Médem, 2007) y antes de concentrarse en Cádiz. ¿Cómo afectó al disco?
R.- Me sentó de maravilla, me recuperé. Recuperé mi sentido del humor, que ahora está un poco más negro (sonríe), y me río más de mí misma. Volví a ejercitar y desarrollar mis instintos, que es necesario para hacer música y para todo.
P.- ¿Cuál fue la experiencia más emocionante de aquel viaje?
R.- ¡El viaje entero! Desde el principio hasta el final, la idea misma de irme sola fue lo más grande. Irme de Madrid.
P.- ¿Se encontró a sí misma?
R.- Sí, sí, me encontré un poquito. Me había despistado, ya no sabía dónde estaba. Recuperé tranquilidad y calma... Pero vamos, no me he ido a la India, ¡que la gente se cree que para encontrarte te tienes que ir a la India! Pues yo allí no me voy porque no puedo ser libre. Yo voy donde puedo ser un puto salvaje, que es lo que soy. Allí una mujer no puede andar como yo ando, y yo no quiero códigos en mi vida. Ya he tenido bastantes durante cuatro años.
P.- Como el tiempo, el sexo se repite en el CD como una celebración hedonista.
R.- Pues claro. Tengo 31 años, soy súper sensual, me gusta el sexo, me he pegado un año tranquilo, volviendo a sentir seducción, a recuperar todo eso. ¡Cuando todo gira en torno a ti es una mierda! No hay seducción por ningún lado, todo el rato es tú, tú, tú, y eso es horrible. Y lo recuperé, viviendo como una salvaje... O follamos todos o la puta al río(ríe).
P.- Tiene que ver con eso de recuperar la espontaneidad, ¿no?
R.- Totalmente. El sexo nos da energía, nos da fuerzas, nos quita las penas, nos hace recuperar la autoestima, nos hace acercarnos y conocer con más profundidad a la persona que tienes delante. El sexo es otro lenguaje, es más animal.
P.- ¿Su música es una manifestación artística?
R.- No. La música es un medio de expresión ancestral, siempre se ha dicho que el que canta su mal espanta. Y yo espanto mis males. Hasta ahora soy un aprendiz, y no es una cuestión de humildad ni hostias. Como me crea algo las llevo claras.
P.- En una entrevista para la revista 'Elle', hace dos años, ya decía que para el segundo disco la esperaban con la guillotina.
R.- Hay gente que sí, claro, que te espera diciendo: "A ver qué ha hecho esta". No te espera con una lupa, sino con una guillotina. Pasa con mi música, con las películas, con las entrevistas, con todo, porque hay gente preparada para ver dónde puede meter los dedos. Pero a mí eso me estimula.
P.- Le pone.
R.- Sí. A ver quién me coge del cuello.
P.- Es peleona.
R.- Soy retadora. ¡De toda la vida! Soy tauro y caballo, imagínate si soy potro.
P.- En la letra del single habla de un tipo de mujer guerrera, eléctrica...
R.- (Recita rápidamente) Soy guerrera, campera, eléctrica, volcánica, oceánica y suavecita y cuando quiero, soy una gatita y ronroneo.¿Más claro?
P.- ¿Ésa es Bebe?
R.- Puede ser... Yo desde luego me siento así. Yo soy muy animal.
P.- ¿Cómo lleva tener fans?
R.- Hay gente que escucha mi música y le gusta y la hace suya, pero yo no los considero fans. Fan viene de fanático, y a mí los fanatismos me repelen, no los quiero cerca de mí. Yo no me vuelvo loca con nadie, el fin de la música no es ese.
P.- Como creadora de música, ¿qué importancia le concede a la valentía?
R.- Pues mucha. El que no arriesga no gana. Y en la vida hay que jugar porque, si no, pasas por ella y no te has enterado.
P.- ¿Cuál es su posesión más apreciada?
R.- ¡Mi furgo! Es una mierda, una furgoneta que compré de segunda mano por dos duros: un hierro. Con ella viajo, en ella duermo... Yo la llamo La Quinquillera, porque yo soy muy quinqui. De jipi no tengo nada, y mi furgo tampoco.
P.- ¿Lleva a Los Chunguitos?
R.- Sí, y a las Azúcar Moreno. Tus ojos bandidos. Y a Bambino, Lole y Manuel...
P.- Parece una persona que dice lo que piensa, pero, ¿piensa lo que dice?
R.- Ahora muchísimo más que antes, sobre todo pienso delante de quién digo las cosas. Mi padre me decía: "antes de hablar, piensa hasta 200". Ahora cuento mil.
P.- Volviendo al principio. ¿Sus canciones son personales?
R.- Da igual si lo son o no. Evidentemente, tienen algo personal porque soy yo. ¿Que si hablan de mí? Hablan de lo que pienso, y no tengo que explicar nada más.
P.- Cuando las haces, ¿piensa en...?
R.- Cuando las hago no pienso. Si pensara más, la cagaría. Escribo y punto. Y punto.
Fuente: Elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario