El grupo de rap cubano 'Los Aldeanos' dio una muestra de la fuerza y la crítica que impregnan sus canciones, en el concierto celebrado en la Sala Arena (antigua Sala Heineken) durante la noche de este jueves.
Pocas sonrisas. Ni allí, en la isla, ni aquí, en Madrid, corren tiempos para derrocharlas. La crisis lo ha inundado todo de pesimismo. Ellos lo saben bien. Vienen de Cuba, donde la crisis nunca cesa. Sin embargo, han elegido la esperanza, que no es otra que la lucha por cambiar la sociedad de la única forma que conocen: su música, su rap.Para Aldo y El B, 'Los Aldeanos', no es fácil salir de La Habana para interpretar sus canciones. Cuba para ellos es ese lugar que tanto aman y que tan difícil les pone las cosas. Han decidido luchar desde dentro y eso es complicado, pero nadie puede negarles la honestidad de su cruzada.
Madrid les esperaba con devoción y ellos respondieron con sus letras críticas y su buen hacer sobre el escenario. No hay concesiones cuando se vive bajo semejante opresión. Cada canción sonaba como un último alarido de libertad, como una reividicación constante contra un régimen que les niega lo más básico.Bajo sus pies, un público multicolor enloquecido con sus letras. No existe mejor metófara de su música que la multiculturidad que aberrotaba la Sala Arena. El rap como punto de unión y, al mismo tiempo, como arma de paz capaz de traspasar fronteras que parecen infranqueables.
Técnica perfecta, eso que denominan 'flow' en el mundo del hip-hop, rostros duros y una conexión especial y constante con su público, para completar una sesión de rap de la vieja escuela en la que también hubo lugar para momentos emotivos.
Uno de ellos, sin duda, la sorpresa de la velada protagonizada por la cantante Bebe, que subió al escenario para cantar con El B la canción 'Siempre me quedará', un auténtico regalo para los asistentes (...)
Madrid les esperaba con devoción y ellos respondieron con sus letras críticas y su buen hacer sobre el escenario. No hay concesiones cuando se vive bajo semejante opresión. Cada canción sonaba como un último alarido de libertad, como una reividicación constante contra un régimen que les niega lo más básico.Bajo sus pies, un público multicolor enloquecido con sus letras. No existe mejor metófara de su música que la multiculturidad que aberrotaba la Sala Arena. El rap como punto de unión y, al mismo tiempo, como arma de paz capaz de traspasar fronteras que parecen infranqueables.
Técnica perfecta, eso que denominan 'flow' en el mundo del hip-hop, rostros duros y una conexión especial y constante con su público, para completar una sesión de rap de la vieja escuela en la que también hubo lugar para momentos emotivos.
Uno de ellos, sin duda, la sorpresa de la velada protagonizada por la cantante Bebe, que subió al escenario para cantar con El B la canción 'Siempre me quedará', un auténtico regalo para los asistentes (...)
Fuente ; Daniel Yebra (Madridiario,es). Foto: Bebe con B. (Puri Mora Management)
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