Pablo Griraldo, en el portal Shangay.com entrevista a Bebe, que participa hoy viernes , por primerza vez en las fiestas madrileñas del Orgullo Gay (Rlaza del Rey, a las 23 horas, “Muestra T”)- Ahí va, con foto de M.A.Fernández. :
En cuanto Bebe confirmó su presencia en el Orgullo, salió de ella la propuesta de hacer algo divertido y diferente. Le apetecía jugar, empaparse del ambiente lúdico que predomina en estos días y la fiesta le daba el pretexto idóneo para justificar una sesión de fotos con una dotación de bomberos. Al fin y al cabo, a saber cuándo iba a volver a verse en una situación similar que le permitiera dar rienda suelta a su particular fantasía erótica. "Yo lo que quería era que me regaran como a Carmen Maura", confesaría entre bambalinas después de la sesión, algo decepcionada. Atendiendo a su historial, y con todos los ríos de tinta que han corrido sobre su personalidad, es extraño que esta colaboración entre el Orgullo y Bebe no hubiera cristalizado antes. "Cuando saqué el primer disco me llamaron para leer un manifiesto, pero aparte de eso yo he acudido por mi cuenta durante muchos años. Me lo paso genial viendo las carrozas, aunque lo que más me divierte es estar en la calle, como a la inmensa mayoría. Está claro que junto con La Paloma y San Isidro, estas son las fiestas de Madrid. Me parecen divertidas y necesarias, que esto aún no está a la orden del día en ciudades y pueblos más pequeños. Hay gente jovencita y no tan jovencita cuya vida no es tan fácil fuera de una gran capital como Madrid, y no tienen la suerte de tener un día en el calendario en el que poder ser ellos mismos". Su relación con las fiestas no solo viene de tiempo atrás, aún guarda un componente personal más importante que le ha cambiado la vida a la cantante, pues fue en la celebración de un Orgullo donde se cruzó por primera vez con el padre de su hija Candela. "Nunca lo he contado, pero fue hace años en la plaza de Vázquez de Mella, ya por la mañana, cuando vi por primera vez la espalda del que hoy es el padre de mi hija. No nos conocimos ahí, eso llegó más tarde, pero yo sí que me fijé por primera vez en él en ese momento. Y eso que ni siquiera le vi bien la cara". Así que si su participación no se gestó antes fue porque simplemente no le cuadró en la agenda. "Este año me llamaron y me dijeron: no tenemos nada de pelas, ¿te apetece enrollarte? Y sí, claro que me apetecía". Ya tardaba, porque Bebe se encargó de versionar hace años el que es el himno gay por excelencia de todos los Orgullos, A quién le importa, que a buen seguro no faltará en su concierto de la Plaza del Rey del viernes 29 de junio. "Siempre me ha parecido un temazo. La versión me la propuso el que antes era mi mánager, mi amigo Pito, que era muy amigo de Carlos Berlanga y quería incluirla en el disco homenaje. Suya fue la idea de hacerla como un tango, así que llamamos a Lucio Godoy, con el que ya había trabajado y que es maravilloso, y se gestó a tres bandas".
Bebe comparecerá en el Orgullo con su repertorio más crudo y rabioso, el que conforman las canciones de Un pokito de rocanrol, un disco con el que, a modo de pataleta, se ha desahogado a gusto. "Es más salvaje, más bruto, pero tiene mucho sentido del humor y no es nada violento ni agresivo. La difícil situación que vivimos me ha llevado a tomarme las cosas con más humor negro. Aunque en directo también estamos recuperando canciones del primer álbum como Men señará, que casi no la tocamos en la primera gira". Lo hace con el público más polarizado que nunca, pues pocas veces ha suscitado Bebe reacciones tan extremas como ahora. "Lo he notado. Provocar eso está bien, uno no puede pretender gustarle a todo el mundo. Pero cuando levanto odio no lo entiendo, es algo que no me cabe en la cabeza. Yo no me enfado ni digo barbaridades cuando un artista no me gusta, y he leído cosas muy extremas sobre mí". No lo dice por la prensa, aunque Bebe no es una entrevistada fácil, algo que la inmensa mayoría de periodistas de este país ya se ha encargado de glosar con anterioridad. "Por norma general no tengo problema alguno con la prensa, eso lo suele transmitir el periodista que está a la defensiva o que no se prepara las preguntas. Curiosamente, fuera de España no me pasa, están en otra onda".
Sobre la ambigüedad sexual de Bebe se ha especulado mucho ("como las folclóricas"), aunque lo cierto es que si hubiera que buscar la causa, todos los dedos apuntarían a ella. Presta como está siempre a fomentar la diversidad sexual, sus discos y conciertos son una apología del sexo en todas sus formas, y ya se encarga ella en directo de jalear al público entre canción y canción de la manera más explícita posible para que llegue su mensaje. "Siempre he hecho canciones bastante sexuales y divertidas, que incitan a follar. La sexualidad está a flor de piel, forma parte de nuestras vidas y es nuestra mitad. Sin sexo no podríamos vivir, porque nos marchitaríamos, y a mí me gusta que haya seducción entre hombres y mujeres, mujeres y mujeres y hombres y hombres, independientemente de con quién te quieras ir a la cama luego. La seducción es preciosa, y sentir que gusto a las mujeres es maravilloso, sobre todo cuando me ven linda a pesar de que, como todos, tenga mis días difíciles".
Fuente:Shangay.com
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