Diego Valor nos cuenta en el portal digital que más abajo se cita la noche intimista que Bebe , en concierto benéfico , ofreció el pasado lunes 25 en madrid, en el Hard Rock Café . Este es el texto :
"Es una noche especial, es un concierto especial para una fundación que creó alguien muy especial. Y que a pesar de su ausencia, como dejó buenas semillas, espero que siga todo adelante. ¡Vamos a pasar una noche agradable. Hoy nada de dramatismos". Dicho y hecho. Las palabras de Bebe dirigidas al público nada más subir al escenario se convirtieron en realidad para las cien personas que anoche llenaron la sala Skyline del Hard Rock Café Madrid.
Arrancó el concierto con No+llorá, Revolvió y Con mis manos. Temas que suenan muy melódicos en sus respectivos discos, pero que anoche fueron dotados de una fuerza y ritmo superiores. La noche requería esta fuerza, ya que todo el dinero recaudado irá a parar a la Fundación Vicente Ferrer, para la construcción de hogares para personas con discapacidad en la India.
Siguió con Mi guapo, momento que aprovechó para llenar con este piropo a sus seguidores. Pero fue con el tema K-I-E-R-E-M-E con el que se acabó de meter en el bolsillo a la sala, demostrando por qué su último disco se llama "Un pokito de rocanrol". Le siguieron los temas Como los olivos , Adiós y aunque con La Bicha se jacta de que tiene poca chicha en la cintura y te reta a que le quites la envoltura "y ya verás", se ha disfrutado de una Bebe entregada en cuerpo y voz, sin caparazones ni envolturas.Con una naturalidad que se ha podido ver en algunos momentos del concierto, cuando ha estado a punto de la desesperación por problemas de sonido con su guitarra, pero que ha sido calmada y aplacada por los asistentes.
"Vamos a soñar con los ojos abiertos, porque ahora es el momento" ha pedido mientras llevaba a los presentes Pa una isla. Y los ha devuelto a la realidad con otro poquito de rocanrol, haciendo que subiera literalmente la temperatura de la sala hasta niveles que los aparatos de aire acondicionado no han podido mitigar, cuando la extremeña se ha soltado las trenzas con Me pintaré la boca.
Tras un breve descanso ha interpretado un par de temas al piano, estrenando Otro punto cardinal, con el que susurraba "que sólo fue un espejismo, mis ojos se cerraron otra vez," como los ojos de todos los asistentes, pero con la boca abierta de la sensibilidad del nuevo tema. El público ha permanecido inmóvil unos minutos más, con No estaré, donde hace alusión a esos amores no correspondidos, posiblemente porque no coinciden en el tiempo.
Comprometida con el colectivo LGTB
Aunque preodominaron los momentos divertidos durante la hora y media que duró el concierto, como cuando se ha lanzado con alguna estrofa de Ay qué gustito pa mis orejas, de Raimundo Amador; con Toma que toma, aquella de 'qué calor qué calor tengo, qué guapa soy qué tipo tengo', quizá en alusión al calor que seguía en la sala.
Y una sorpresa ha sido el momento en que al piano, con mucho teatro, pausa y guasa ha interpretado el himno de muchas personas LGTB A quién le importa, de Alaska. Y con el tema Pa mi casa, de su segundo disco, se ha despedido de su público, dando las gracias "por darle sentido a esta noche de parte de todos los de la Fundación Vicente Ferrer, de los que están aquí, y de los de la India, que están tan lejos, pero tan cerca".
Esta no ha sido su única actuación solidaria esta semana, Bebe estará apoyando con su voz y de manera desinteresada las fiestas del Orgullo de Madrid. Y actuará el próximo viernes 29 de junio en la Plaza del Rey, de Chueca, a las 23:00h "
Fuente :www.cascaraamarga.es.
Fotos: Ricardo Martínez y Puri Mora.